6 de marzo 2020
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, 07MARZO2020.- Rosa, aprendió de su madre el arte del telar y bordados de su comunidad desde los nueve años, toda su vida la ha dedicado a la promoción y resguardo de estos saberes. En la década de los noventa decidió junto con otras mujeres de la comunidad, organizarse y crear una cooperativa donde todas podrían trabajar y evitar el trato con los vendedores de artesanías, y así vender sus productos directamente al cliente. Hoy son ya 65 mujeres de diferentes comunidades de los Altos de Chiapas, dieciocho de ellas junto con Rosa son originarias de Aldama, comunidad afectada por un conflicto agrario con Chenalhó, municipio vecino. Esto ha originado que la economía familiar dependa de las mujeres tejedoras, ya que el campo y otras labores son imposibles por el ataque armado que sufren sus comunidades, la siembra y cosecha de café se ha detenido por miedo a ser alcanzados por una bala. FOTO: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO.COM
Autor: Isabel Mateos Hinojosa
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