13 de junio 2022
OCOSINGO, GUERRERO, 01AGOSTO2022.- Es probable que los cadáveres de, al menos, un par de gobernantes, así como el de una señora de Toniná, el antiguo reino maya de Po’p que rivalizó con Palenque en el periodo Clásico maya (500-687 d.C.), hubiesen sido sometidos a una parafernalia religiosa para reducirlos a cenizas y que, a su vez, sus restos hayan servido para elaborar bolas de hule usadas en la cancha del Juego de Pelota, espacio simbólico del camino eclíptico del cielo, por donde transitan y se enfrentan los astros, espacio de guerra y muerte, de espectáculo y poder. Tal hipótesis es planteada por el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Juan Yadeun Angulo, luego del hallazgo, en 2020, de una cripta prehispánica en el Templo del Sol, la estructura piramidal más importante de esta zona arqueológica del valle de Ocosingo, en Chiapas, y del estudio del contexto arqueológico que resguardaba, en el que sobresalían más de 400 vasijas que contenían material orgánico, como cenizas, carbón, goma y raíces. El responsable de la investigación y conservación del sitio, desde hace 42 años, narra que el registro de ese espacio derivó de las recientes exploraciones en el costado norte de dicho templo, desarrolladas por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INAH, durante las cuales se ubicó una tapa de piedra –de 90 por 60 centímetros– con la representación de un cautivo atado, misma que fue llevada al museo de sitio y reemplazada in situ por una réplica. FOTO: INAH/CUARTOSCURO.COM
Autor: INAH
ID: 886672