5 de septiembre 2019
CIUDAD DE MÉXICO, 05SEPTIEMBRE2019.- Un siglo atrás, en la Hacienda de Chinameca, Morelos, Emiliano Zapata caía abatido por una traición y renacía como símbolo; su sola imagen evoca la defensa colectiva de la tierra, por ese motivo, el Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec, recibe a sus visitantes con una escultura a la escala de su mito, una obra con la cual el escultor David Camorlinga Tagle, acerca la figura entrañable del Caudillo del Sur a todas las generaciones. En el patio frontal del Castillo de Chapultepec, uno de los museos más visitados del país —tan sólo el año pasado recibió a dos millones 600 mil personas—, el público se acerca a la escultura en bronce para tomarse la selfi. Nacionales y extranjeros, niños, jóvenes y adultos mayores sonríen al lado de este Zapata de 3 metros de alto y 95 centímetros tanto de ancho como de profundidad, del cual sobresalen sus característicos bigote y sombrero charro. El joven artista David Camorlinga (Ciudad de México, 1983) comentó que para su creación se inspiró en el retrato de Emiliano Zapata, tomado en 1911 en el Cuartel General de Cuernavaca, quizás, su imagen más conocida. Destaca que su intención fue capturar el porte y la nobleza del revolucionario; sin embargo, el proceso no fue inmediato, pues requirió de una investigación profunda sobre quién fue este personaje, y cuáles son los sentimientos e ideales que sigue inspirando. La exhibición, titulada Zapata, 100 años, se complementa con 16 esculturas en plastilina que representan a esos hombres y mujeres partícipes de los anhelos de justicia agraria, las cuales pueden admirarse en la Sala de las Constituciones del recinto. Se trata de un proyecto que busca abstraer lo que significó el movimiento zapatista y su lema: “La tierra es de quien la trabaja”. FOTO: INAH /CUARTOSCURO.COM
Autor: INAH
ID: 720273