18 de mayo 2019
LAGUNA LARGA, GUATEMALA, 18MAYO2019.- El pasado 2 de junio de 2017, la comunidad campesina de Laguna Larga conformada por alrededor de 110 familias, 410 personas, que permanecía al margen de la Laguna desde 2001, de manera ilegal de acuerdo con El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), se desplazó a los límites de la frontera con México al saber que la Policía Nacional Civil (PNC) llevaría a cabo el desalojo para recuperar el área. Un día después, el 3 de junio, la PNC, el Conap y el ejército de Guatemala, siguiendo las instrucciones de “tierra arrasada” entraron al poblado y al encontrarlo vacío comenzaron con la quema y destrucción de las viviendas. Desde entonces las familias sufren muchas carencias, desnutrición, anemia y otras enfermedades. Recientemente el brote de varicela los tiene alarmados por la facilidad con la que se propaga entre los niños y adultos no vacunados. No cuentan con agua potable y la alimentación es insuficiente. Ante la falta de vacunas o medicamentos que ayuden a minorar la propagación del virus estos acuden a “Remedios de Monte”, como le conocen. Según Práxedes Gonzales, habitante de Launa Larga, este consiste en machacar las hojas del árbol de tinta, ciruela, madre cacao y la semilla de la chihua (calabaza) y se remojan en agua. Este remedio es utilizado para bañarse y untarse directamente en la piel y así tratar de disminuir el ardor y la comezón. En agosto de 2017 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó medidas cautelares para las más de 100 familias que habitan en el campamento de Desplazados sin embargo, a pocas semanas de cumplirse dos años desde el desalojo, el Estado de Guatemala no ha cumplido sus obligaciones y la presencia en asistencia humanitaria ha sido mínima. FOTO: MARTÍN ZETINA /CUARTOSCURO.COM
Autor: Martín Zetina
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