23 de agosto 2018
PATZCUARO, MICHOACÁN. 23AGOSTO2018. El criadero de acholote como llaman a la especie de ajolote (Amblístoma dumerilii) endémica del lago de Pátzcuaro creado en el Monasterio de María Inmaculada de la Salud por las monjas dominicas es un buen ejemplo de ello. Establecidas en Pátzcuaro desde 1747, esta orden se dedica desde hace más de 150 años a la elaboración de un jarabe de achoque contra la tos, para lo cual se surtían de este batracio en el mercado regional, donde se consumía regularmente como alimento y se empleaba en la medicina indígena. Hasta que se incrementó el problema de la eutrofización del lago al punto que el hábitat del achoque se vio severamente afectado, provocando una disminución en sus poblaciones, y en consecuencia de abastecimiento del ingrediente principal del jarabe. Se designó un equipo para que se hiciera cargo de todo aquello, algunas de sus integrantes con estudios de filosofía, y se registró en el año 2000 como una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) ante Semarnat bajo el nombre de Jimba ni erandi, que en purépecha significa nuevo amanecer, siguiendo todos los reglamentos. El equipo tuvo que ir haciendo frente a las mil y una dificultades que se presentaban, ya que no se habían hecho criaderos para esta especie. Las condiciones de vida, las enfermedades que se presentan en cada etapa de crecimiento, el comportamiento, la reproducción, cada faceta de la vida de estos ajolotes constituía en sí misma una línea de investigación, lo cual implicaba más información y observación, mucha observación. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
Autor: Juan José Estrada Serafín
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