CIUDAD DE MÉXICO, 30ENERO2024.- Hace más de un milenio, en un paraje del actual estado de Coahuila, generaciones de hombres y mujeres dedicados a la caza y la recolección fueron inhumadas en una caverna conocida como la Cueva de la Candelaria; sus restos óseos y los objetos que dejaron tras de sí conforman un importante acervo que es investigado y preservado desde la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En este sentido, destacan los avances del Proyecto de conservación de bienes culturales de origen orgánico de la Cueva de la Candelaria, llevado a cabo por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, desde 2013. Esta iniciativa de largo aliento emplea estudios científicos para conocer el origen biológico de las fibras usadas por los cazadores-recolectores, así como técnicas de arqueología experimental para entender el modo de tejer cestas, redes, sandalias, bolsas, cuerdas u ornamentos corporales, como collares y orejeras. FOTO: INAH/CUARTOSCURO.COM
Autor: INAH
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