14 de septiembre 2002
En 1974, el científico mexicano Mario Molina planteó la hipótesis de que los CFCs estaban generando un "agujero" en la capa de ozono. No le creyeron. Pero, tras comprobar la veracidad de sus advertencias, se le otorgó el Premio Nobel de Química 1995 y se empezó a promover el impulso de proyectos tendientes a suprimir la fabricación y el uso de esas sustancias. FOTO: Victoria Valtierra/Archivo/CUARTOSCURO.COM
Autor: Germán Romero
ID: 57448