• martes, 26 de noviembre de 2024

Total de resultados: 14

Trabajadores Industria Coco

Bernandino Hernández

ATOYAC DE JUÁREZ, GUERRERO, 13FEBRERO2019.- Bajo los rayos del sol siguen entre generaciones la industria de la copra aún, que se mantiene vigente en comunidades de la región de la Costa Grande, de la cual cientos de familias obtienen su sustento económico, como ocurre en la localidad de Las Palmeras, municipio de Atoyac de Álvarez. Diariamente, trabajadores de la industria del coco dan forma al primer eslabón de la cadena productiva del coco y sus derivados que son varios. Candelario Blanco García, quien labora desde hace 35 años en la industria del coco, trabaja bajo el sol, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo desde los primeros rallos de sol y a primeras horas del día, desde donde pueden verse cientos y cientos de cocos apilados. En conversación con don Candelario, señaló que el líquido que se extrae de los cocos se envía a Saltillo, y en otro proceso se jima el coco, todo se vende hasta la cascara. Relató que tiene trabajando 25 años en el procesamiento de coco. Don Candelario resaltó que "sí, duele la espalda", y detalló que llena un tambo diario, y además del extraer el líquido se debe jimar el coco. Expresó que "pagan por gruesa, es la medida que es utilizada por trabajadores del coco, tenemos que trabajar 10 gruesas cada tres días", indicó mientras señalaba unas seis decenas de coco expandidas sobre el piso y también trabajan mujeres que fueron abandonadas. Candelario Blanco expresó que "es buenísima el agua de coco, dan ganas de tomársela, cuando estuvo lo de la Chikungunya venían a comprar mucho" coco y decían que se curaban. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ATOYAC DE JUÁREZ, GUERRERO, 13FEBRERO2019.- Bajo los rayos del sol siguen entre generaciones la industria de la copra aún, que se mantiene vigente en comunidades de la región de la Costa Grande, de la cual cientos de familias obtienen su sustento económico, como ocurre en la localidad de Las Palmeras, municipio de Atoyac de Álvarez. Diariamente, trabajadores de la industria del coco dan forma al primer eslabón de la cadena productiva del coco y sus derivados que son varios. Candelario Blanco García, quien labora desde hace 35 años en la industria del coco, trabaja bajo el sol, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo desde los primeros rallos de sol y a primeras horas del día, desde donde pueden verse cientos y cientos de cocos apilados. En conversación con don Candelario, señaló que el líquido que se extrae de los cocos se envía a Saltillo, y en otro proceso se jima el coco, todo se vende hasta la cascara. Relató que tiene trabajando 25 años en el procesamiento de coco. Don Candelario resaltó que "sí, duele la espalda", y detalló que llena un tambo diario, y además del extraer el líquido se debe jimar el coco. Expresó que "pagan por gruesa, es la medida que es utilizada por trabajadores del coco, tenemos que trabajar 10 gruesas cada tres días", indicó mientras señalaba unas seis decenas de coco expandidas sobre el piso y también trabajan mujeres que fueron abandonadas. Candelario Blanco expresó que "es buenísima el agua de coco, dan ganas de tomársela, cuando estuvo lo de la Chikungunya venían a comprar mucho" coco y decían que se curaban. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ATOYAC DE JUÁREZ, GUERRERO, 13FEBRERO2019.- Bajo los rayos del sol siguen entre generaciones la industria de la copra aún, que se mantiene vigente en comunidades de la región de la Costa Grande, de la cual cientos de familias obtienen su sustento económico, como ocurre en la localidad de Las Palmeras, municipio de Atoyac de Álvarez. Diariamente, trabajadores de la industria del coco dan forma al primer eslabón de la cadena productiva del coco y sus derivados que son varios. Candelario Blanco García, quien labora desde hace 35 años en la industria del coco, trabaja bajo el sol, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo desde los primeros rallos de sol y a primeras horas del día, desde donde pueden verse cientos y cientos de cocos apilados. En conversación con don Candelario, señaló que el líquido que se extrae de los cocos se envía a Saltillo, y en otro proceso se jima el coco, todo se vende hasta la cascara. Relató que tiene trabajando 25 años en el procesamiento de coco. Don Candelario resaltó que "sí, duele la espalda", y detalló que llena un tambo diario, y además del extraer el líquido se debe jimar el coco. Expresó que "pagan por gruesa, es la medida que es utilizada por trabajadores del coco, tenemos que trabajar 10 gruesas cada tres días", indicó mientras señalaba unas seis decenas de coco expandidas sobre el piso y también trabajan mujeres que fueron abandonadas. Candelario Blanco expresó que "es buenísima el agua de coco, dan ganas de tomársela, cuando estuvo lo de la Chikungunya venían a comprar mucho" coco y decían que se curaban. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ATOYAC DE JUÁREZ, GUERRERO, 13FEBRERO2019.- Bajo los rayos del sol siguen entre generaciones la industria de la copra aún, que se mantiene vigente en comunidades de la región de la Costa Grande, de la cual cientos de familias obtienen su sustento económico, como ocurre en la localidad de Las Palmeras, municipio de Atoyac de Álvarez. Diariamente, trabajadores de la industria del coco dan forma al primer eslabón de la cadena productiva del coco y sus derivados que son varios. Candelario Blanco García, quien labora desde hace 35 años en la industria del coco, trabaja bajo el sol, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo desde los primeros rallos de sol y a primeras horas del día, desde donde pueden verse cientos y cientos de cocos apilados. En conversación con don Candelario, señaló que el líquido que se extrae de los cocos se envía a Saltillo, y en otro proceso se jima el coco, todo se vende hasta la cascara. Relató que tiene trabajando 25 años en el procesamiento de coco. Don Candelario resaltó que "sí, duele la espalda", y detalló que llena un tambo diario, y además del extraer el líquido se debe jimar el coco. Expresó que "pagan por gruesa, es la medida que es utilizada por trabajadores del coco, tenemos que trabajar 10 gruesas cada tres días", indicó mientras señalaba unas seis decenas de coco expandidas sobre el piso y también trabajan mujeres que fueron abandonadas. Candelario Blanco expresó que "es buenísima el agua de coco, dan ganas de tomársela, cuando estuvo lo de la Chikungunya venían a comprar mucho" coco y decían que se curaban. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

Trabajadores Industria Coco

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ATOYAC DE JUÁREZ, GUERRERO, 13FEBRERO2019.- Bajo los rayos del sol siguen entre generaciones la industria de la copra aún, que se mantiene vigente en comunidades de la región de la Costa Grande, de la cual cientos de familias obtienen su sustento económico, como ocurre en la localidad de Las Palmeras, municipio de Atoyac de Álvarez. Diariamente, trabajadores de la industria del coco dan forma al primer eslabón de la cadena productiva del coco y sus derivados que son varios. Candelario Blanco García, quien labora desde hace 35 años en la industria del coco, trabaja bajo el sol, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo desde los primeros rallos de sol y a primeras horas del día, desde donde pueden verse cientos y cientos de cocos apilados. En conversación con don Candelario, señaló que el líquido que se extrae de los cocos se envía a Saltillo, y en otro proceso se jima el coco, todo se vende hasta la cascara. Relató que tiene trabajando 25 años en el procesamiento de coco. Don Candelario resaltó que "sí, duele la espalda", y detalló que llena un tambo diario, y además del extraer el líquido se debe jimar el coco. Expresó que "pagan por gruesa, es la medida que es utilizada por trabajadores del coco, tenemos que trabajar 10 gruesas cada tres días", indicó mientras señalaba unas seis decenas de coco expandidas sobre el piso y también trabajan mujeres que fueron abandonadas. Candelario Blanco expresó que "es buenísima el agua de coco, dan ganas de tomársela, cuando estuvo lo de la Chikungunya venían a comprar mucho" coco y decían que se curaban. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

Reportaje Cocoteros

Bernandino Hernández

ACAPULCO, GUERRERO, 17JUNIO2014.- Familias que no poseen tierras alquilan su fuerza de trabajo a productores que poseen las amplias zonas de cocoteros de la región de la Costa Grande y Costa Chica en Guerrero. En Coyuca de Benítez se les conoce como tumbadores de coco, y en ocasiones llevan a sus hijos a participar en las duras jornadas de trabajo que está relacionado con la venta y compra de copra. Los productores pagan a los tumbadores por gruesa, que equivale a 140 cocos, mismos que parten con hachas y son colocados hacía arriba una vez que son llevados a los asoleaderos, donde exponen el coco al sol durante dos o tres días para después extraer la pulpa de la concha que es empacada en costales para su venta a los compradores de coco que acaparan la producción de copra en la región, aunque antes se entregaba, a Agroindustrias del Sur, mejor conocida como la aceitera, un organismo del gobierno del estado que adquiriría la producción a los copreros, pero en estos momentos está cerrada por falta de inversión gubernamental. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

Reportaje Cocoteros

Bernandino Hernández

ACAPULCO, GUERRERO, 17JUNIO2014.- Familias que no poseen tierras alquilan su fuerza de trabajo a productores que poseen las amplias zonas de cocoteros de la región de la Costa Grande y Costa Chica en Guerrero. En Coyuca de Benítez se les conoce como tumbadores de coco, y en ocasiones llevan a sus hijos a participar en las duras jornadas de trabajo que está relacionado con la venta y compra de copra. Los productores pagan a los tumbadores por gruesa, que equivale a 140 cocos, mismos que parten con hachas y son colocados hacía arriba una vez que son llevados a los asoleaderos, donde exponen el coco al sol durante dos o tres días para después extraer la pulpa de la concha que es empacada en costales para su venta a los compradores de coco que acaparan la producción de copra en la región, aunque antes se entregaba, a Agroindustrias del Sur, mejor conocida como la aceitera, un organismo del gobierno del estado que adquiriría la producción a los copreros, pero en estos momentos está cerrada por falta de inversión gubernamental. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ACAPULCO, GUERRERO, 17JUNIO2014.- Familias que no poseen tierras alquilan su fuerza de trabajo a productores que poseen las amplias zonas de cocoteros de la región de la Costa Grande y Costa Chica en Guerrero. En Coyuca de Benítez se les conoce como tumbadores de coco, y en ocasiones llevan a sus hijos a participar en las duras jornadas de trabajo que está relacionado con la venta y compra de copra. Los productores pagan a los tumbadores por gruesa, que equivale a 140 cocos, mismos que parten con hachas y son colocados hacía arriba una vez que son llevados a los asoleaderos, donde exponen el coco al sol durante dos o tres días para después extraer la pulpa de la concha que es empacada en costales para su venta a los compradores de coco que acaparan la producción de copra en la región, aunque antes se entregaba, a Agroindustrias del Sur, mejor conocida como la aceitera, un organismo del gobierno del estado que adquiriría la producción a los copreros, pero en estos momentos está cerrada por falta de inversión gubernamental. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ACAPULCO, GUERRERO, 17JUNIO2014.- Familias que no poseen tierras alquilan su fuerza de trabajo a productores que poseen las amplias zonas de cocoteros de la región de la Costa Grande y Costa Chica en Guerrero. En Coyuca de Benítez se les conoce como tumbadores de coco, y en ocasiones llevan a sus hijos a participar en las duras jornadas de trabajo que está relacionado con la venta y compra de copra. Los productores pagan a los tumbadores por gruesa, que equivale a 140 cocos, mismos que parten con hachas y son colocados hacía arriba una vez que son llevados a los asoleaderos, donde exponen el coco al sol durante dos o tres días para después extraer la pulpa de la concha que es empacada en costales para su venta a los compradores de coco que acaparan la producción de copra en la región, aunque antes se entregaba, a Agroindustrias del Sur, mejor conocida como la aceitera, un organismo del gobierno del estado que adquiriría la producción a los copreros, pero en estos momentos está cerrada por falta de inversión gubernamental. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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ACAPULCO, GUERRERO, 17JUNIO2014.- Familias que no poseen tierras alquilan su fuerza de trabajo a productores que poseen las amplias zonas de cocoteros de la región de la Costa Grande y Costa Chica en Guerrero. En Coyuca de Benítez se les conoce como tumbadores de coco, y en ocasiones llevan a sus hijos a participar en las duras jornadas de trabajo que está relacionado con la venta y compra de copra. Los productores pagan a los tumbadores por gruesa, que equivale a 140 cocos, mismos que parten con hachas y son colocados hacía arriba una vez que son llevados a los asoleaderos, donde exponen el coco al sol durante dos o tres días para después extraer la pulpa de la concha que es empacada en costales para su venta a los compradores de coco que acaparan la producción de copra en la región, aunque antes se entregaba, a Agroindustrias del Sur, mejor conocida como la aceitera, un organismo del gobierno del estado que adquiriría la producción a los copreros, pero en estos momentos está cerrada por falta de inversión gubernamental. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

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