NAHUATZEN, MICHOACÁN, 11ENERO2025.- En la comunidad indígena de Sevina, la Pastorela recorre los cuatro barrios del pueblo: San Bartolo, San Miguel, Santo Santiago y San Francisco. El Tarhé, con máscara de viejito, dirige la danza y cuida que no haya desmanes; él puede ser casado y casi siempre es un adulto mayor. Los Rancheros y Rancheras, con sombreros de charro, son los que relatan y deben ser jóvenes y niños solteros. Las Pastoras llevan vestidos blancos, sombreros adornados y listones de colores. Los Ángeles son los más pequeños, inocentes y devotos que van sorteando obstáculos para llegar a adorar al Niño. Los Ermitaños, de morado y con máscara, cuidan y guían a Las Pastoras y Ángeles. Los Changos, con trajes negros y ribetes de flecos amarillos y morados (diablos), hacen maldades y no quieren que Los Pastores lleguen a ver al Niño; estos también pueden ser señores casados. Llama la atención cómo participan todos con alegría y cómo disfrutan de la convivencia luciendo trajes, máscaras, rebozos y su luminosa juventud. No puede faltar la banda, que conoce bien los sones para acompañar la danza. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
NAHUATZEN, MICHOACÁN, 11ENERO2025.- En la comunidad indígena de Sevina, la Pastorela recorre los cuatro barrios del pueblo: San Bartolo, San Miguel, Santo Santiago y San Francisco. El Tarhé, con máscara de viejito, dirige la danza y cuida que no haya desmanes; él puede ser casado y casi siempre es un adulto mayor. Los Rancheros y Rancheras, con sombreros de charro, son los que relatan y deben ser jóvenes y niños solteros. Las Pastoras llevan vestidos blancos, sombreros adornados y listones de colores. Los Ángeles son los más pequeños, inocentes y devotos que van sorteando obstáculos para llegar a adorar al Niño. Los Ermitaños, de morado y con máscara, cuidan y guían a Las Pastoras y Ángeles. Los Changos, con trajes negros y ribetes de flecos amarillos y morados (diablos), hacen maldades y no quieren que Los Pastores lleguen a ver al Niño; estos también pueden ser señores casados. Llama la atención cómo participan todos con alegría y cómo disfrutan de la convivencia luciendo trajes, máscaras, rebozos y su luminosa juventud. No puede faltar la banda, que conoce bien los sones para acompañar la danza. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
NAHUATZEN, MICHOACÁN, 11ENERO2025.- En la comunidad indígena de Sevina, la Pastorela recorre los cuatro barrios del pueblo: San Bartolo, San Miguel, Santo Santiago y San Francisco. El Tarhé, con máscara de viejito, dirige la danza y cuida que no haya desmanes; él puede ser casado y casi siempre es un adulto mayor. Los Rancheros y Rancheras, con sombreros de charro, son los que relatan y deben ser jóvenes y niños solteros. Las Pastoras llevan vestidos blancos, sombreros adornados y listones de colores. Los Ángeles son los más pequeños, inocentes y devotos que van sorteando obstáculos para llegar a adorar al Niño. Los Ermitaños, de morado y con máscara, cuidan y guían a Las Pastoras y Ángeles. Los Changos, con trajes negros y ribetes de flecos amarillos y morados (diablos), hacen maldades y no quieren que Los Pastores lleguen a ver al Niño; estos también pueden ser señores casados. Llama la atención cómo participan todos con alegría y cómo disfrutan de la convivencia luciendo trajes, máscaras, rebozos y su luminosa juventud. No puede faltar la banda, que conoce bien los sones para acompañar la danza. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
NAHUATZEN, MICHOACÁN, 11ENERO2025.- En la comunidad indígena de Sevina, la Pastorela recorre los cuatro barrios del pueblo: San Bartolo, San Miguel, Santo Santiago y San Francisco. El Tarhé, con máscara de viejito, dirige la danza y cuida que no haya desmanes; él puede ser casado y casi siempre es un adulto mayor. Los Rancheros y Rancheras, con sombreros de charro, son los que relatan y deben ser jóvenes y niños solteros. Las Pastoras llevan vestidos blancos, sombreros adornados y listones de colores. Los Ángeles son los más pequeños, inocentes y devotos que van sorteando obstáculos para llegar a adorar al Niño. Los Ermitaños, de morado y con máscara, cuidan y guían a Las Pastoras y Ángeles. Los Changos, con trajes negros y ribetes de flecos amarillos y morados (diablos), hacen maldades y no quieren que Los Pastores lleguen a ver al Niño; estos también pueden ser señores casados. Llama la atención cómo participan todos con alegría y cómo disfrutan de la convivencia luciendo trajes, máscaras, rebozos y su luminosa juventud. No puede faltar la banda, que conoce bien los sones para acompañar la danza. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
De regreso a casa verifican que los campos de maíz estén en buenas condiciones mientras esperan la cosecha.
Mientras las ovejas se alimentan, las mujeres aprovechan el tiempo realizando sus telares de cintura.
Mientras las ovejas se alimentan, las mujeres aprovechan el tiempo realizando sus telares de cintura.
Mientras las ovejas se alimentan, las mujeres aprovechan el tiempo realizando sus telares de cintura.
La mujer encargada de las ovejas busca un lugar plano para que ellas puedan alimentarse y caminar, mientras las mujeres realizan sus telares de cintura.
Una de las mujeres alimenta a las aves como gallos, gallinas y guajolotes durante su jornada laboral.
Una de las mujeres alimenta a las aves como gallos, gallinas y guajolotes durante su jornada laboral.
Vista general desde una de las casas de las mujeres campesinas.
Preparación de tortilla hecha a mano dentro de la cocina familiar.
Preparación de tortilla hecha a mano dentro de la cocina familiar.
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