En el corazón de la central de abastos oaxaqueña se encuentra el puesto de "Memelas Doña Vale" conocidas Nacional e internacionalmente. Siendo madre soltera doña vale decidió emprender con su puesto de memelas con el fin de sacar adelante a su hija Rosa. El secreto de sus memelas esta en las salsas: una martajada y otra de chile guajillo. Actualmente atiende su puesto con ayuda de su hija desde temprana hora hasta que terminen las salsas.

En el corazón de la central de abastos oaxaqueña se encuentra el puesto de "Memelas Doña Vale" conocidas Nacional e internacionalmente. Siendo madre soltera doña vale decidió emprender con su puesto de memelas con el fin de sacar adelante a su hija Rosa. El secreto de sus memelas esta en las salsas: una martajada y otra de chile guajillo. Actualmente atiende su puesto con ayuda de su hija desde temprana hora hasta que terminen las salsas.

En el corazón de la central de abastos oaxaqueña se encuentra el puesto de "Memelas Doña Vale" conocidas Nacional e internacionalmente. Siendo madre soltera doña vale decidió emprender con su puesto de memelas con el fin de sacar adelante a su hija Rosa. El secreto de sus memelas esta en las salsas: una martajada y otra de chile guajillo. Actualmente atiende su puesto con ayuda de su hija desde temprana hora hasta que terminen las salsas.

"Venga lo que venga, hay que trabajar" así lo afirma Elodia Perez, madre soltera de 30 años de edad, quien es vendedora ambulante de raspados desde hace 8 meses, luego de dejar de laborar como trabajadora doméstica, debido a que solo los fines de semana podía ver a su hijo, y ante la falta de tiempo no podía asistir a las juntas escolares. Su hermana le sugirió vender raspados, le enseñó a preparar los jarabes y le presto un carrito para salir a vender. Hoy ante la pandemia por COVID-19, y en el día de las madres, Elodia y su hijo salen a vender raspados siguiendo las medidas sanitarias anunciadas por la Secretaria de Salud.

"Venga lo que venga, hay que trabajar" así lo afirma Elodia Perez, madre soltera de 30 años de edad, quien es vendedora ambulante de raspados desde hace 8 meses, luego de dejar de laborar como trabajadora doméstica, debido a que solo los fines de semana podía ver a su hijo, y ante la falta de tiempo no podía asistir a las juntas escolares. Su hermana le sugirió vender raspados, le enseñó a preparar los jarabes y le presto un carrito para salir a vender. Hoy ante la pandemia por COVID-19, y en el día de las madres, Elodia y su hijo salen a vender raspados siguiendo las medidas sanitarias anunciadas por la Secretaria de Salud.

"Venga lo que venga, hay que trabajar" así lo afirma Elodia Perez, madre soltera de 30 años de edad, quien es vendedora ambulante de raspados desde hace 8 meses, luego de dejar de laborar como trabajadora doméstica, debido a que solo los fines de semana podía ver a su hijo, y ante la falta de tiempo no podía asistir a las juntas escolares. Su hermana le sugirió vender raspados, le enseñó a preparar los jarabes y le presto un carrito para salir a vender. Hoy ante la pandemia por COVID-19, y en el día de las madres, Elodia y su hijo salen a vender raspados siguiendo las medidas sanitarias anunciadas por la Secretaria de Salud.

"Venga lo que venga, hay que trabajar" así lo afirma Elodia Perez, madre soltera de 30 años de edad, quien es vendedora ambulante de raspados desde hace 8 meses, luego de dejar de laborar como trabajadora doméstica, debido a que solo los fines de semana podía ver a su hijo, y ante la falta de tiempo no podía asistir a las juntas escolares. Su hermana le sugirió vender raspados, le enseñó a preparar los jarabes y le presto un carrito para salir a vender. Hoy ante la pandemia por COVID-19, y en el día de las madres, Elodia y su hijo salen a vender raspados siguiendo las medidas sanitarias anunciadas por la Secretaria de Salud.

CIUDAD DE MÉXICO, 26SEPTIEMBRE2019.- Previo a manifestación en Av. Refoma mujer de origen indigena acompaña de sus dos hijas venden platanos machos en un carrito de mandado a los transeúntes. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 13DICIEMBRE2018.- Una mujer que vende dulces, comienza a quedarse dormida con su hija en los brazos, a las afueras de un bar en la zona de Garibaldi. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 10JULIO2018.- El día de ayer termino de manera oficial el ciclo escolar 2017-2018. Por lo que miles de niños y niñas se encuentran de vacaciones; sus padres aprovechan para llevarlos al Bosque de Chapultepec. La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que en estos días de vacaciones visiten diariamente el Bosque más de 50 mil persona. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 10JULIO2018.- El día de ayer termino de manera oficial el ciclo escolar 2017-2018. Por lo que miles de niños y niñas se encuentran de vacaciones; sus padres aprovechan para llevarlos al Bosque de Chapultepec. La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que en estos días de vacaciones visiten diariamente el Bosque más de 50 mil persona. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 10JULIO2018.- El día de ayer termino de manera oficial el ciclo escolar 2017-2018. Por lo que miles de niños y niñas se encuentran de vacaciones; sus padres aprovechan para llevarlos al Bosque de Chapultepec. La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que en estos días de vacaciones visiten diariamente el Bosque más de 50 mil persona. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 10JULIO2018.- El día de ayer termino de manera oficial el ciclo escolar 2017-2018. Por lo que miles de niños y niñas se encuentran de vacaciones; sus padres aprovechan para llevarlos al Bosque de Chapultepec. La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que en estos días de vacaciones visiten diariamente el Bosque más de 50 mil persona. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 10JULIO2018.- El día de ayer termino de manera oficial el ciclo escolar 2017-2018. Por lo que miles de niños y niñas se encuentran de vacaciones; sus padres aprovechan para llevarlos al Bosque de Chapultepec. La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que en estos días de vacaciones visiten diariamente el Bosque más de 50 mil persona. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

ACAPULCO, GUERRERO, 08JULIO2018.- Karolina Parra, logro graduarse con los esfuerzos de su madre y su madrina; pese la pobreza que las aborda de manera cotidiana consiguieron que continuara sus estudios. El 51.1 por ciento de los niños, niñas y adolescentes mexicanos vive en situación de pobreza, destacó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su informe anual sobre el país. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

ACAPULCO, GUERRERO, 08JULIO2018.- Karolina Parra, logro graduarse con los esfuerzos de su madre y su madrina; pese la pobreza que las aborda de manera cotidiana consiguieron que continuara sus estudios. El 51.1 por ciento de los niños, niñas y adolescentes mexicanos vive en situación de pobreza, destacó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su informe anual sobre el país. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

ACAPULCO, GUERRERO, 08JULIO2018.- Karolina Parra, logro graduarse con los esfuerzos de su madre y su madrina; pese la pobreza que las aborda de manera cotidiana consiguieron que continuara sus estudios. El 51.1 por ciento de los niños, niñas y adolescentes mexicanos vive en situación de pobreza, destacó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su informe anual sobre el país. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 04JULIO2018.- Madre peina a su hija mientras esperan el metro. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), 33 de cada 100 mujeres entre 15 y 54 años con al menos un hijo son solteras, y que 53% no tiene educación o tiene un nivel escolar máximo de secundaria. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 08MAYO2018.- Tienen las manos callosas y una expresión triste, pero con honor y conservando sus raíces, indígenas de la montaña de Guerrero y de otros estados emigran a la Ciudad de México en busca de mejor calidad de vida. Son diversos los factores por los que se desplazan: el crimen organizado, la pobreza de sus pueblos, la falta de escuelas dignas o de maestros que enseñen a sus hijos. Sin embargo, en todas partes de la capital del país, se emplean como limpiaparabrisas, taqueros, artesanos y panaderos, entre otros oficios. Las mujeres suelen convertirse en vendedoras de muñecas o de artesanías, ayudadas o acompañadas por sus hijos, celebran el 10 de mayo alejadas de sus pueblos, en la vendimia en las pirámides de Teotihuacán. De acuerdo con la encuesta Intercensal 2015 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en la Ciudad de México hay 161 mil 455 mujeres indígenas. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 08MAYO2018.- Tienen las manos callosas y una expresión triste, pero con honor y conservando sus raíces, indígenas de la montaña de Guerrero y de otros estados emigran a la Ciudad de México en busca de mejor calidad de vida. Son diversos los factores por los que se desplazan: el crimen organizado, la pobreza de sus pueblos, la falta de escuelas dignas o de maestros que enseñen a sus hijos. Sin embargo, en todas partes de la capital del país, se emplean como limpiaparabrisas, taqueros, artesanos y panaderos, entre otros oficios. Las mujeres suelen convertirse en vendedoras de muñecas o de artesanías, ayudadas o acompañadas por sus hijos, celebran el 10 de mayo alejadas de sus pueblos, en la vendimia en las pirámides de Teotihuacán. De acuerdo con la encuesta Intercensal 2015 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en la Ciudad de México hay 161 mil 455 mujeres indígenas. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 08MAYO2018.- Tienen las manos callosas y una expresión triste, pero con honor y conservando sus raíces, indígenas de la montaña de Guerrero y de otros estados emigran a la Ciudad de México en busca de mejor calidad de vida. Son diversos los factores por los que se desplazan: el crimen organizado, la pobreza de sus pueblos, la falta de escuelas dignas o de maestros que enseñen a sus hijos. Sin embargo, en todas partes de la capital del país, se emplean como limpiaparabrisas, taqueros, artesanos y panaderos, entre otros oficios. Las mujeres suelen convertirse en vendedoras de muñecas o de artesanías, ayudadas o acompañadas por sus hijos, celebran el 10 de mayo alejadas de sus pueblos, en la vendimia en las pirámides de Teotihuacán. De acuerdo con la encuesta Intercensal 2015 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en la Ciudad de México hay 161 mil 455 mujeres indígenas. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 08MAYO2018.- Tienen las manos callosas y una expresión triste, pero con honor y conservando sus raíces, indígenas de la montaña de Guerrero y de otros estados emigran a la Ciudad de México en busca de mejor calidad de vida. Son diversos los factores por los que se desplazan: el crimen organizado, la pobreza de sus pueblos, la falta de escuelas dignas o de maestros que enseñen a sus hijos. Sin embargo, en todas partes de la capital del país, se emplean como limpiaparabrisas, taqueros, artesanos y panaderos, entre otros oficios. Las mujeres suelen convertirse en vendedoras de muñecas o de artesanías, ayudadas o acompañadas por sus hijos, celebran el 10 de mayo alejadas de sus pueblos, en la vendimia en las pirámides de Teotihuacán. De acuerdo con la encuesta Intercensal 2015 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en la Ciudad de México hay 161 mil 455 mujeres indígenas. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

ATOYAC, GUERRERO, 29ENERO2015.- Una madre vende tamarindos en una comunidad para poder sostener a su familia ya que tiene 3 niños. FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

OCOSINGO,CHIAPAS, 03OCTUBRE2014.- Las hermanas Manuela y Cristina López Méndez lavan, cocinan, trabajan. Durante más de 30 años han tenido que ir adaptando su vida a la par de ir perdiendo las extremidades de su cuerpo a pedazos, como si se tratara de piezas de cristal que se van rompiendo a consecuencia de una enfermedad que no ha logrado ser identificada. La expectativa de estas dos mujeres de origen indígena, habitantes del municipio de Ocosingo, Chiapas, es incierta. Mientras mantienen la esperanza de que en algún momento esta afección se detenga, las hermanas han visitado varios hospitales de la entidad y de la ciudad de México sin que se haya podido detectar la enfermedad y por lo tanto tampoco la cura. Cristina es madre soltera de tres hijos, de los cuales uno padece también esta rara enfermedad desde los once años, convirtiéndose en la tercera generación de la familia López Méndez que sufre este mal. Para solventar sus gastos sobreviven con la venta de pozol. Finalmente esta familia desprotegida y sin atención de ninguna autoridad, hace un llamado al gobierno estatal para que puedan ser atendidos y apoyados económicamente para poder salir adelante. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

OCOSINGO,CHIAPAS, 03OCTUBRE2014.- Las hermanas Manuela y Cristina López Méndez lavan, cocinan, trabajan. Durante más de 30 años han tenido que ir adaptando su vida a la par de ir perdiendo las extremidades de su cuerpo a pedazos, como si se tratara de piezas de cristal que se van rompiendo a consecuencia de una enfermedad que no ha logrado ser identificada. La expectativa de estas dos mujeres de origen indígena, habitantes del municipio de Ocosingo, Chiapas, es incierta. Mientras mantienen la esperanza de que en algún momento esta afección se detenga, las hermanas han visitado varios hospitales de la entidad y de la ciudad de México sin que se haya podido detectar la enfermedad y por lo tanto tampoco la cura. Cristina es madre soltera de tres hijos, de los cuales uno padece también esta rara enfermedad desde los once años, convirtiéndose en la tercera generación de la familia López Méndez que sufre este mal. Para solventar sus gastos sobreviven con la venta de pozol. Finalmente esta familia desprotegida y sin atención de ninguna autoridad, hace un llamado al gobierno estatal para que puedan ser atendidos y apoyados económicamente para poder salir adelante. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

OCOSINGO,CHIAPAS, 03OCTUBRE2014.- Las hermanas Manuela y Cristina López Méndez lavan, cocinan, trabajan. Durante más de 30 años han tenido que ir adaptando su vida a la par de ir perdiendo las extremidades de su cuerpo a pedazos, como si se tratara de piezas de cristal que se van rompiendo a consecuencia de una enfermedad que no ha logrado ser identificada. La expectativa de estas dos mujeres de origen indígena, habitantes del municipio de Ocosingo, Chiapas, es incierta. Mientras mantienen la esperanza de que en algún momento esta afección se detenga, las hermanas han visitado varios hospitales de la entidad y de la ciudad de México sin que se haya podido detectar la enfermedad y por lo tanto tampoco la cura. Cristina es madre soltera de tres hijos, de los cuales uno padece también esta rara enfermedad desde los once años, convirtiéndose en la tercera generación de la familia López Méndez que sufre este mal. Para solventar sus gastos sobreviven con la venta de pozol. Finalmente esta familia desprotegida y sin atención de ninguna autoridad, hace un llamado al gobierno estatal para que puedan ser atendidos y apoyados económicamente para poder salir adelante. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

OCOSINGO,CHIAPAS, 03OCTUBRE2014.- Las hermanas Manuela y Cristina López Méndez lavan, cocinan, trabajan. Durante más de 30 años han tenido que ir adaptando su vida a la par de ir perdiendo las extremidades de su cuerpo a pedazos, como si se tratara de piezas de cristal que se van rompiendo a consecuencia de una enfermedad que no ha logrado ser identificada. La expectativa de estas dos mujeres de origen indígena, habitantes del municipio de Ocosingo, Chiapas, es incierta. Mientras mantienen la esperanza de que en algún momento esta afección se detenga, las hermanas han visitado varios hospitales de la entidad y de la ciudad de México sin que se haya podido detectar la enfermedad y por lo tanto tampoco la cura. Cristina es madre soltera de tres hijos, de los cuales uno padece también esta rara enfermedad desde los once años, convirtiéndose en la tercera generación de la familia López Méndez que sufre este mal. Para solventar sus gastos sobreviven con la venta de pozol. Finalmente esta familia desprotegida y sin atención de ninguna autoridad, hace un llamado al gobierno estatal para que puedan ser atendidos y apoyados económicamente para poder salir adelante. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

OCOSINGO,CHIAPAS, 03OCTUBRE2014.- Las hermanas Manuela y Cristina López Méndez lavan, cocinan, trabajan. Durante más de 30 años han tenido que ir adaptando su vida a la par de ir perdiendo las extremidades de su cuerpo a pedazos, como si se tratara de piezas de cristal que se van rompiendo a consecuencia de una enfermedad que no ha logrado ser identificada. La expectativa de estas dos mujeres de origen indígena, habitantes del municipio de Ocosingo, Chiapas, es incierta. Mientras mantienen la esperanza de que en algún momento esta afección se detenga, las hermanas han visitado varios hospitales de la entidad y de la ciudad de México sin que se haya podido detectar la enfermedad y por lo tanto tampoco la cura. Cristina es madre soltera de tres hijos, de los cuales uno padece también esta rara enfermedad desde los once años, convirtiéndose en la tercera generación de la familia López Méndez que sufre este mal. Para solventar sus gastos sobreviven con la venta de pozol. Finalmente esta familia desprotegida y sin atención de ninguna autoridad, hace un llamado al gobierno estatal para que puedan ser atendidos y apoyados económicamente para poder salir adelante. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM