• viernes, 22 de noviembre de 2024

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MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 21AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 14AGOSTO2015.-Temprano, con los primeros albores del día, comienza a sonar la chirimía, anunciando el inicio de la fiesta. La gente se despereza, las niñas se visten con los atuendos coloridos de aztecas y los niños, jóvenes y adultos por igual se enfundan en sus trajes rojos y negros para la representación de la danza de los santiagueros. Es el festejo de la Señora Santa Ana, patrona del pueblo de Santa Ana Tlacotenco, al sur de la Ciudad de México, en la delegación Milpa Alta. Durante una semana los días serán todos fiesta, comida y baile acompasado por flautas chillonas y violines que interpretan ancestrales canciones aztecas. De acuerdo con los más viejos, los festejos son los mismos con que veneraban a Ehecatl y Tezcatlipoca, deidades prehispánicas, pero ahora están dedicados a la patrona del lugar y mezclados desde hace varios siglos con la tradición católica. La celebración inicia el 25 de julio y se extiende hasta el 4 de agosto, pero se prepara desde el 3 de mayo. En si, nadie recuerda cuando surgió esta costumbre, pero ha pasado de generación en generación, uniendo al pueblo entero para sumergirse en la celebración, que se extiende en menor medida a lo largo de todo el año con misas cada mes y preparativos de los mayordomos que se harán cargo enseñar los bailes y los cantos propios de cada rito. Cada danza dura aproximadamente ocho horas y es ejecutada por diferentes cuadrillas de danzantes durante todo el día de la fiesta. Así, el pueblo se llena de Vaqueros, Aztecas, Tlacualeras, Pastoras y Santiagueros, más los que quieran sumarse, para bailar al ritmo de los tambores y las guitarras. Santa Ana Tlacotenco es una de las últimas localidades de la Ciudad de México donde el náhuatl aún tiene una fuerte presencia como lengua materna entre algunos de sus habitantes. Con la lengua, la identidad indígena se ha preservado creando manifestaciones culturales de gran riqueza que se acrisolan en la fiesta de la Señora Santa Ana, que coincide con las celebraciones en honor al Señor Santiago y antiguos ritos aztecas del valle de México. FOTO: DAVID POLO /CUARTOSCURO.COM

Bloqueo Comunidades

Carlos Canabal Obrador

VILLAHERMOSA, TABASCO, 08NOVIEMBRE2010.- Alrededor de 400 habitantes de Huatacalca, Belen, Oxiacaque, Chiflón, El Sitio, Isla Guadalupe, Pastal y Chicozapote (comunidad chontal con dialecto zoque) marchan por el Paseo Tabasco en protesta por la falta de ayuda, ya que a tres meses aun permanecen inundados. Así mismo tomaron las instalaciones de la CONAGUA y mantienen cerrado al flujo vehicular el Paseo Tabasco esquina avenida 27 de Febrero en donde amenazan con permanecer tres día si es que no les resuelven sus demandas. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

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VILLAHERMOSA, TABASCO, 08NOVIEMBRE2010.- Alrededor de 400 habitantes de Huatacalca, Belen, Oxiacaque, Chiflón, El Sitio, Isla Guadalupe, Pastal y Chicozapote (comunidad chontal con dialecto zoque) marchan por el Paseo Tabasco en protesta por la falta de ayuda, ya que a tres meses aun permanecen inundados. Así mismo tomaron las instalaciones de la CONAGUA y mantienen cerrado al flujo vehicular el Paseo Tabasco esquina avenida 27 de Febrero en donde amenazan con permanecer tres día si es que no les resuelven sus demandas. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

0727LenguaZoque

Carlos Canabal Obrador

JALPA DE MÉNDEZ, 27JULIO2008.- Una humilde indigena del poblado Ayapa se observa triste sobre un altar catolico. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

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Carlos Canabal Obrador

JALPA DE MÉNDEZ, TABASCO, 27JULIO2008.- Aspectos generales de la escritura del dialecto Zoque en el poblado Ayapa. El Zoque está en riesgo de desaparecer, ya que sólo dos personas en todo el país hablan este dialecto. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

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Carlos Canabal Obrador

JALPA DE MÉNDEZ, TABASCO, 27JULIO2008.- En el poblado Ayapa, el indigena Manuel Segovia Jimenez de 72 años de edad es una de las dos personas que aun hablan en Zoque. Este dialecto está por perderse si las autoridades no hacen todo lo posible por rescartarla pues actualmente sólo dos personas lo hablan en todo el país. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

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Carlos Canabal Obrador

JALPA DE MÉNDEZ, TABASCO, 27JULIO2008.- El doctor en lenguas indígenas e investigador por la Universidad de Oxford, California, en Estados Unidos, James Fox, realiza documentales sobre la escritura y el habla de la lengua indigena Zoque. Dichos estudios los realiza en el poblado Ayapa, en donde reveló para esta agencia que el Zoque, hablado por tan solo dos indígenas, es mas antiguo que el Maya o el Chontal y que se podría perder en menos de quince años si las autoridades no le ponen atención por rescatarla. FOTO: MARCO POLO GUZMÁN HERNÁNDEZ/CUARTOSCURO.COM

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