CUERNAVACA, MORELOS, 28MARZO2018.- Un afilador de cuchillos realiza su labor en una calle de la capital. FOTO: MARGARITO PÉREZ RETANA /CUARTOSCURO.COM

CIUDAD DE MÉXICO, 25MARZO2017.- Un señor afila el serrucho a las afueras del Mercado Portales. FOTO: TERCERO DÍAZ /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 03OCTUBRE2015.- José Espinoza Zamora aprendió el oficio de afilador de uno de sus cuñados y se gana la vida de sacar filo a cuchillos o tijeras desde hace treinta años. Vive en Toluca y diariamente recorre las calles de las colonias Obrera, Roma, Condesa y San Miguel Chapultepec mientras sopla en su flauta de Pan para anunciar sus servicios. Su bicicleta, medio de transporte e instrumento de trabajo, la compró y acondicionó para transportar el mecanismo que hace girar los esmeriles con que afila los objetos cortantes. Don José ya conoce su ruta y sus clientes lo saludan amables; cobra entre diez y veinte pesos, según el cuchillo o el filo que necesite, y en un buen día ofrece sus servicios hasta veinte veces. En su familia, además de su cuñado, tiene dos sobrinos que se dedican a este oficio que tiene siglos de existir y que ha ido desapareciendo ante la implantación de una cultura de lo desechable en nuestra sociedad. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 28AGOSTO2015.- Un afilador despacha en la calle de Morelos en la colonia Juárez. FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

CHILPANCINGO, GUERRERO, 03MARZO2015.-.- Este hombre, que su actividad está concretada, en ofrecer su servicio calle por calle, afila un cuchillo en el zócalo, en el que están instalado en plantón profesores de la Ceteg y comerciantes. FOTO: JOSÉ I. HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, DF., 25FEBRERO2014.- Jesús de la Cruz es originario de San Andrés Totoltepec, desde hace 46 años ejerce el oficio de afilador. Con 14 nietos, 12 hijos y una esposa está orgulloso de su "gran familia". Empezó desde pequeño como repartidor de leche, luego fue florista y comerciante, la crisis económica, la condición de inseguridad en la ciudad mermó su confianza en las ciudades. "Lo más importante es la salud y la felicidad", menciona durante su descanso a la sombra de los árboles de jacaranda. FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, DF., 25FEBRERO2014.- Jesús de la Cruz es originario de San Andrés Totoltepec, desde hace 46 años ejerce el oficio de afilador. Con 14 nietos, 12 hijos y una esposa está orgulloso de su "gran familia". Empezó desde pequeño como repartidor de leche, luego fue florista y comerciante, la crisis económica, la condición de inseguridad en la ciudad mermó su confianza en las ciudades. "Lo más importante es la salud y la felicidad", menciona durante su descanso a la sombra de los árboles de jacaranda. FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 13ABRIL2013.- Afilador en la calle de Independencia en el Centro Histórico. FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 06DICIEMBRE2012.- Un afilador se toma un descanso tras una larga jornada laboral, en el Viaducto a la altura del Eje 4 Sur, en promedio los afiladores cobran entre 15 o 20 pesos por pieza ya sea un cuchillo o tijeras, este es uno de los oficios que poco a poco se va perdiendo en la capital. FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 22ABRIL2010.- Un afilador de la ciudad, se gana la vida en el paradero de Indios Verdes donde sus principales clientes son los taqueros y comerciantes de comida. FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 08DICIEMBRE2009.- El oficio de afilador con el paso de los años ha ido disminuyendo al grado de casi desaparecer de la ciudad, antiguamente era común ver a estos señores caminar siempre acompañados de su inseparable bicicleta, la cual es su fuente y motor de trabajo, durante esa apoca se convirtieron en parte importante de la cultura urbana en México. Actualmente poca es la gente que se dedica a este tradicional oficio esperando que con el tiempo no se les vuelva a ver o escuchar su típico silbido. FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 08DICIEMBRE2009.- El oficio de afilador con el paso de los años ha ido disminuyendo al grado de casi desaparecer de la ciudad, antiguamente era común ver a estos señores caminar siempre acompañados de su inseparable bicicleta, la cual es su fuente y motor de trabajo, durante esa apoca se convirtieron en parte importante de la cultura urbana en México. Actualmente poca es la gente que se dedica a este tradicional oficio esperando que con el tiempo no se les vuelva a ver o escuchar su típico silbido. FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 08DICIEMBRE2009.- El oficio de afilador con el paso de los años ha ido disminuyendo al grado de casi desaparecer de la ciudad, antiguamente era común ver a estos señores caminar siempre acompañados de su inseparable bicicleta, la cual es su fuente y motor de trabajo, durante esa apoca se convirtieron en parte importante de la cultura urbana en México. Actualmente poca es la gente que se dedica a este tradicional oficio esperando que con el tiempo no se les vuelva a ver o escuchar su típico silbido. FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM

MÉXICO, D.F., 08DICIEMBRE2009.- El oficio de afilador con el paso de los años ha ido disminuyendo al grado de casi desaparecer de la ciudad, antiguamente era común ver a estos señores caminar siempre acompañados de su inseparable bicicleta, la cual es su fuente y motor de trabajo, durante esa apoca se convirtieron en parte importante de la cultura urbana en México. Actualmente poca es la gente que se dedica a este tradicional oficio esperando que con el tiempo no se les vuelva a ver o escuchar su típico silbido. FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM