LLEGA A MICHOACÁN LA MANTA DE LA CURACIÓN… PARA SANAR A TRAVÉS DEL ARTE
Pequeñas piezas de tela –cada una con un mensaje convertido en bordado, fotografía, pintura, intervenido, hilado o combinación de cualquier técnica– se unen para crear una gran manta.
No son sólo cientos, miles, de piezas como las de cualquier colcha creada por la técnica del patchwork (unión de retazos), sino mensajes que, unidos, forman una sola voz en contra de la violencia contra las mujeres, los niños, la Madre Tierra, para volverse una manta de sanación.
Desplegada a lo largo de los pasillos y los muros de la sala Carlos Alvarado Lang del Centro Cultural Antiguo Jesuita en el centro de Pátzcuaro, Michoacán, la Manta de Curación o Patchwork Healing Blanket podrá verse del 26 de marzo hasta abril próximo.
Además de la manta, la exposición incluirá diversos fotolibros hechos en tela: la imagen y el bordado se unen para dar un mensaje, contar una historia, compartir una experiencia: crear conciencia.
Este proyecto de arte colaborativo nació en Oaxaca por iniciativa de la curadora, artista y promotora cultural Marietta Bernstorff quien, a través de su investigación de la historia del patchwork y el acolchado (quilting) en México y Estados Unidos, decidió comenzar este proyecto social con varias amigas curadoras, historiadoras, escritoras y artistas.
Aunque la técnica del patchwork –este unir pequeños trozos de tela para crear una pieza más grande– es una antigua técnica de la unión de piezas a través de la costura que surgió de la necesidad de las mujeres para cubrir, crear y lograr un ingreso economía para sus familias, hoy es más, mucho más que eso.
A través de la experimentación artística y el trabajo creativo de mujeres y niñas, cada una de las piezas se vuelve una voz que, unida a las demás, transforma la tela en un proyecto colaborativo de arte público social, una forma de manifestación pacífica en las diferentes para que la sociedad tome conciencia sobre de la violencia contra los niños, las mujeres y la Madre Tierra.
Las telas están hechas por mujeres de todo el mundo para que “pieza por pieza, de país en país” se conecten y se conviertan en una gran manta de sanación: es un movimiento de acción pacífica para transformar el dolor producido por los actos de violencia que ocurren a diario y como una forma de solidaridad con las mujeres a nivel mundial.
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