HOMENAJE A JUAN DE DIOS PEZA

El Instituto Nacional de Bellas Artes invita al Homenaje a Juan de Dios Peza, a 160 años de su nacimiento el domingo 17 de junio de 2012, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Participan José Francisco Conde Ortega, Pável Granados y Eduardo Langagne.

Historiador y narrador, Juan de Dios Peza fue uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, olvidado injustamente durante buena parte del siglo XX. Con este acto, el INBA se suma a los esfuerzos recientes por rescatar su obra y revalorarla.

El maestro José Francisco Conde Ortega comentó, en entrevista, que Juan de Dios Peza, como casi todos los poetas de su tiempo, pudo conocer los secretos de la temperatura anímica de sus contemporáneos, y la del espacio físico que la señala y enriquece. Y supo decirla con sinceridad y compromiso con el oficio: “Supo comprender su circunstancia y favorecer un diálogo entrañable con todos los usuarios de la lengua, tan necesario y provechoso en todos los tiempos”.

En opinión de Pável Granados, fue un poeta que por primera vez hizo del habla cotidiana materia poética. Llegó a ser considerado el poeta del hogar, es decir, el poeta de la vida burguesa del siglo XIX. Fue un poeta popular… que trascendió las fronteras de la letra escrita, porque gente que no sabía leer recitaba sus poemas de memoria.

Comentó que Juan de Dios Peza llegó a ser traducido al japonés y al alemán, por ejemplo, y que fue reconocido en otros lugares del mundo. En muy poco tiempo alcanzó gran popularidad, pero después su prestigio descendió de manera impresionante porque fue duramente denostado en 1888 por el crítico llamado Ramón Puga y Acal. Después de este pleito tan sonado decayó la fortuna literaria de Juan de Dios Peza.

Desde entonces, este autor no se ha vuelto a leer en los círculos académicos, aunque mucha gente lo sigue considerando un gran escritor. La Academia lo dejó fuera, los grupos intelectuales prácticamente no lo han considerado. Hasta hace poco, José Emilio Pacheco ha sido de los pocos que lo ha tratado de recuperar.

“Mi próxima participación se centrará en la discusión entre el poeta y el crítico mencionado, ya que determinó el futuro de Juan de Dios Peza. Fallecido en 1910, 22 años después de ese pleito, Peza nunca volvió a ser el poeta admirado que había sido, parece que se amargó muchísimo, intentaré explorar el ocaso de su vida”, expresó Pável Granados.

Por su parte, Eduardo Langagne dijo que hay poetas que tienen una presencia muy activa y plena a lo largo de su existencia y luego, con el tiempo, se les da una valoración diferente. A veces los poetas son reconocidos hasta después de su muerte. En el caso del destino poético de Juan de Dios Peza fue determinante la polémica que tuvo con Brummel, seudónimo del crítico Ramón Puga y Acal.

Con la construcción de la nación en el siglo XIX, se da una búsqueda de la identidad nacional, junto con un debate profundo entre la poesía íntima y la poesía épica: “Peza tiene poemas ejemplares sobre héroes y circunstancias históricas, pero también tiene poemas íntimos, con un trabajo enorme, que son los que ahora nos permiten revalorarlo porque su obra es una de las corrientes que pudo dar lugar a Ramón López Velarde, quien representa ya una síntesis completa de la literatura mexicana”, concluyó el maestro Eduardo Langagne.

Juan de Dios Peza (Ciudad de México, 1852-1910) Poeta, político y escritor. Nacido en una familia conservadora, en 1867 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y luego estudió en la Escuela de Medicina, sin concluir la carrera. Alumno predilecto de Ignacio Ramírez El Nigromante y de Ignacio Manuel Altamirano. En 1878 fue nombrado secretario de la embajada de México en España, donde conoció al político Emilio Castelar, y a escritores como Núñez de Arce, Campoamor y Selgas. Al regresar a México fue electo diputado, cargo público al que le siguieron otros.

Fue periodista, comediógrafo y fundador de la primera sociedad de autores mexicanos. Colaboró para la Revista Universal, El Eco de Ambos Mundos y La Juventud Literaria. En 1874 estrenó en el Teatro del Conservatorio su primera obra teatral llamada La ciencia del hogar. Como miembro numerario de la Academia Mexicana de la Lengua, ocupó la silla IX en mayo de 1908.

Entre su prosa, están los libros Los últimos instantes de Colón (1874), Poetas y escritores mexicanos (1878),Biografía de Ignacio M. Altamirano (1878), La beneficencia en México (1881), Memorias, reliquias y retratos(1900). Algunas de sus obras líricas son Poesías (1873), Canto a la patria (1876), Horas de pasión (1876), La lira mexicana (1879), Hogar y patria (1891), El arpa del amor (1891), Recuerdos y esperanzas (1892), y Flores del alma y versos festivos(1893).

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?