¿Es legal “apropiarse” de lo ya creado por otro y presentarlo como “propio”?

Sin autorización alguna, el artista alemán Christoph Faulhaber utilizó una imagen tomada por el fotoperiodista de la agencia Cuartoscuro, Isaac Esquivel, para “apropiársela” ꟷen el sentido artístico de la palabraꟷ e incluirla dentro de su exposición “Mexicanización: la obra de arte como soberana reproducción del castigo que cuestiona la política de seguridad urbana del país”, abierta actualmente en la Casa del Lago.

La foto captada por Esquivel ꟷtomada durante un discurso que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dio ante un grupo de niñosꟷ fue impresa por Faulhaber en una hoja de plátano. La obra, que los críticos, investigadores y curadores califican como lo que ahora suele llamarse “una apropiación”, ni siquiera incluía el crédito para el autor de la imagen.

El fotoperiodista exigió el reconocimiento de su autoría. Mientras que Faulhaber dijo a Esquivel que admitía que la fotografía era suya, y que ya se estaba añadiendo la acotación correspondiente dentro de la muestra; en entrevista con Excélsior, el curador de la exposición, Víctor Palacios, aseguró que el artista contaba con todo el derecho de apropiarse de la imagen por el solo hecho de haber comprado el medio impreso en el cual apareció la fotografía.

Sin embargo, el artículo 15 de la Ley Federal del Derecho de Autor establece que las obras publicadas en periódicos, revistas u otros medios de difusión no pierden por ese hecho [el de haber sido publicadas] la protección legal. Más aún, el artículo tercero señala que las obras de creación original susceptibles a ser divulgadas o reproducidas en cualquier forma o medio están protegidas.

Así, si el asunto fuera como lo señala el curador Palacios, nada difícil sería convertirse en el autor de lo ya creado por otro. Así lo sintetiza Humberto Musacchio en su columna “La República de las letras”, publicada en el periódico Excélsior el pasado 30 de enero: “En esa lógica patasarriba, si alguien compra un ejemplar de Pedro Páramo, con copiarlo sobre papel rosa o azul y no dar crédito a Juan Rulfo ya se realizó una apropiación y el corsario puede ofrecer la novela como propia”.

La directora de la Casa del Lago, Julieta Giménez, comentó que “a pesar de que no es necesario, ya se puso una acotación de que la fotografía pertenece a Isaac Esquivel” y añadió que en la cédula general ya hay un comentario que dice que todas las fotografías son sacadas de prensa.

Finalmente, Esquivel expresó que “dejar pasar un hecho como éste no es lo correcto y es importante defender los derechos de la prensa y de los fotógrafos”.

La apropiación de una imagen no es una novedad; de hecho, es una tendencia recurrente del llamado arte contemporáneo. No obstante, las leyes de protección al autor establecen que son los titulares de los derechos de la obra quienes pueden determinar si ésta es o no divulgada, y quienes tienen el derecho de exigir su reconocimiento de su calidad de autor.

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