ÉPICA DE UN CORAZÓN ESTRAFALARIO

Por Agueda Cerón

“Mi trabajo sigue la línea de la fe, el mito y el sexo”…

Pedro Miranda es un fotógrafo invidente, pero no ciego. “No, yo soy un fotógrafo humano, porque antes de la ceguera está mi humanidad”. El artista oaxaqueño presenta hoy su libro Épica de un corazón estrafalario, un catálogo que reúne su obra fotográfica desde 1998 a 2013, Cuartoscuro habló con él.
El título y la temática del libro obedece a que, por alguna extraña razón, en todos sus proyectos siempre ocurre algo malo, “pero algo que no  destruye el proyecto, sino que le da la vuelta, muchos me dicen que hago arte y además soy muy persistente, perseverante, porque me pasan accidentes que nadie preveía y de alguna u otra forma saco el proyecto y a veces termina siendo mucho mejor”.
Lo épico remite a algo bélico, guerrero; es además estrafalario “porque no entro del concepto de persona ciega que tiene la gente común, de que las personas ciegas deben ser callados, una serie de situaciones sociales que llevan a que la gente crea que las personas con discapacidad deben tener cierto tipo de conductas, o sirven solamente para dar masaje, o para tocar el piano en un restaurante y yo por mi carácter tiendo mucho de hablar de una forma muy directa, hasta cierto punto burda o grosera y a mucha gente eso no le cuadra, que una gente con discapacidad pueda ser tan directa, siempre crees que una persona con discapacidad tiene que ser sumisa, como chiquito y yo no soy así. Todo eso implica que se llame así el libro”.
Pedro define su trabajo como romántico, de añoranza; sus imágenes tienen la singularidad de volverse interactivas y además de verse, es posible sentirlas. La peculiaridad de su obra se debe a la técnica que emplea: Fototextil, la cual desarrolló luego de tomar clases de escultura y tejido, durante un año que estuvo convaleciente debido a una cirugía en la columna.
[slideshow_deploy id=’47786′] El artista oaxaqueño es invidente desde hace 20 años y reconoce que su condición lo ha hecho sentirse vulnerable , agredido, victimizado “incluso por mi mismo  y hasta que llego un punto en el que me di cuenta que yo como persona no entro en ninguna casilla establecida por la sociedad entonces yo no creo que yo pudiera ser ni ciego ni alto, ni moreno, ni nada y decidí que era un ser humano con características y condiciones muy particulares”.
Su inquietud por las artes quedó manifiesta desde la infancia, fueron sus padres quienes le inculcaron el gusto y la apreciación por estas expresiones al llevarlo a visitar museos y zonas arqueológicas por las empedradas calles de Salina Cruz en Oaxaca, lugar en donde nació.
Su primer contacto formal con el arte lo obtuvo al entrar a trabajar a la Biblioteca para Ciegos Jorge Luis Borges del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), instalado en el mismo edificio donde se encuentra el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMB). Ahí tuvo contacto con fotógrafos y quienes por su estilo de vestir lo invitaban como modelo, entre una de esas personalidades se encontraba la fotógrafa Marcela Taboada a quien recurrió después para que le enseñará todo acerca de la fotografía y con quien todavía mantiene contacto.

Épica de un corazón estrafalario es editado por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.

 

 

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3 comentarios

  1. Es un árticulo interesante, conocer un poco sobre la vida y visitudes del autor, así como su caracter, ayudan a apreciar más su obra, solo como recomendanción, creo sería bueno incluir más fotos del autor, para ser honesto me quede con ganas de ver más. Gracias.

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